Cuando no hay palabras para llamar a las nubes
Se requiere un correteo, de puntillas una figuración
Se debe llamar, con la punta de los dedos
Besando vientos, encendiéndolos con las alas
Luego amasar de reojo un sol
Y volverse cien veces en un trompo curvilíneo
Recorrer y explorar las divinidades
Rápido, sin ver el adiós debemos salir del agua
Elevando el océano en la cabellera
Y buscar el beso tripartito
De ahí al bajar será un diluvio demencial
Y me dedicare a patinarlo, de puntillas animarlo